martes, 27 de mayo de 2008

Divagaciones sobre la configuración del Ser

Es preciso distinguir sobre dos cualidades potenciales de todo objeto: i) la configuración a partir de funciones indeconstructivas, y ii) la configuración como función indeterminada. No me atrevo a dar una etimología concluyente a estas dos configuraciones, así que las llamaré "OB" y "SU" respectivamente. OB es la definición del objeto atómico. Este no es manipulable a partir de una reconfiguración interna y su unidad ontológica proviene de sus invariantes funcionales. Esta predictibilidad (invarianza) funcional lo hace vulnerable a la manipulación. SU es la configuración de lo impredecible, lo que agrede, lo elusivo. OB es neurótico, SU es esquizo. OB es el espacio real, SU el espacio recíproco. SU es Sujeto, OB es Objeto. OB es lo sincrónico del lenguaje, SU lo diacrónico. La reconfiguración (deconstrucción) de OB se realiza mediante su inserción en gramáticas superiores cuya funcionalidad superior está debilmente asociada a la función atómica del Objeto independinte [1]. La voluntad es un movimiento constructivista del OB. El constructivismo es un movimiento doble en el OB, en primera instancia extiende la función del OB, por otro, lo hace vulnerable a la deconstrucción por reconfiguración interna. En otras palabras la unidad ontológica del OB se hace vulnerable en la medida que pretende expandirse; la complejidad estructural del OB es proporcional al número de axiomas.

Partiré del concepto de "Sujeto" y de "Otro" como SU. Desde una visión determinista, esto implica que la soberanía (Otredad) ha de construirse en el establecimiento de diálogos multidimensionales (genético, cultural, etc.) y asincrónicos. Esta posición de construcción de Sujeto puede parecer contrastante con aquellas basadas en las singularidades históricas, donde la historia transcurre en dimesiones restringidas (la economía para el Materialismo Histórico, las pasiones humanas para el Existencialista).

[1] Esta reflexión nos invita a preguntarnos si en realidad existe una función independiente de una gramática superior desde la cual se realiza el acto de lectura. No nos interesa las respuestas de principio a aesta pregunta, basta con explorar la configuración práctica de la concepción de Función.

Illustration by H.R. Giger

sábado, 17 de mayo de 2008

Cuatro Categorias Discursivas


El discurso es vulnerable a la manipulación en la medida que posee autoconsistencia y bien delimitada existencia. Esto le permite, de forma simultánea, una unidad ontológica, una preditcibilidad de uso y una libertad para insertarse en múltiples gramaticas de uso. Es como un martillo. La existencia efectiva de un martillo es impredecible en tanto hace parte de un entorno impredecible, sin embargo su autoconsistencia y nítida delimitación hace que su existencia abstracta se presente como arma efectiva. Si bien esta vulnerabilidad lo hace potencialmente apolítico, igualmente le confiere una cualidad de objetividad, es esta la objetividad de la técnica. Si deseamos blindar, asegurar el contenido político del discurso abstracto, hacerlo inmune a la manipulación, debemos atacar alguna de estas características. Al atacar la autoconsistencia, se diluye la unidad ontológica del discurso, nos quedamos con una colección esquizofrénica de elementos cuya existencia efectiva esta sujeta a la tradición pura. Si decidimos atacar la nítida delimitación del discurso abstracto, tenemos dos estrategias a seguir: i) atacar la finitud del objeto del discurso, lo que conlleva al discurso cosmológico, y ii) atacar la nitidez de la delimitación, lo que nos lleva a los discursos ó teorías abiertas. Estas 4 cualidades potenciales del discurso se constituyen en elementos de análisis. Los discursos, al presentar en mayor o menor grado una combinación de estas cualidades, determinan su función y devenir social.